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La creciente presión sobre los sistemas de producción de alimentos ha impulsado la búsqueda de alternativas sostenibles y eficientes.
En este contexto surge la microganadería urbana, una tendencia que propone la cría de insectos a pequeña escala, incluso dentro del hogar, como fuente de proteína, fertilizante y solución ambiental.
Aunque para muchos resulta una idea innovadora o incluso disruptiva, la cría doméstica de insectos está ganando terreno en ciudades de Europa, América Latina y Asia, donde se combinan el interés por la seguridad alimentaria con el auge de prácticas de economía circular.

¿Por qué insectos en lugar de ganado convencional?
Los insectos presentan ventajas significativas frente a animales tradicionales como vacas, cerdos o aves:
- Alta eficiencia de conversión alimenticia: grillos y larvas de tenebrio convierten 2 kg de alimento en 1 kg de masa corporal, mucho más eficiente que el ganado vacuno.
- Bajo consumo de agua y espacio: pueden criarse en pequeños contenedores apilables dentro de casas o apartamentos.
- Menor impacto ambiental: reducen emisiones de gases de efecto invernadero y aprovechan residuos orgánicos como alimento.
- Alto valor nutricional: ricos en proteínas (hasta 60 %), grasas saludables, hierro, zinc y vitaminas del grupo B.
Insectos más comunes para la microganadería doméstica
- Grillos (Acheta domesticus): muy apreciados por su perfil proteico y facilidad de cría.
- Tenebrios (Tenebrio molitor): larvas conocidas como gusanos de la harina, útiles tanto como alimento como para piensos.
- Langostas y saltamontes: consumidos tradicionalmente en África y México.
- Mosca soldado negra (Hermetia illucens): sus larvas se emplean en compostaje y producción de proteína animal.
Métodos prácticos de cría en casa
- Contenedores plásticos o de madera: con tapa ventilada y sustrato adecuado (harina, avena, restos vegetales).
- Alimentación: residuos de cocina como cáscaras de frutas y verduras, pan o cereales.
- Condiciones ambientales: temperatura entre 25–30 °C y humedad moderada.
- Rotación de ciclos: separar adultos y larvas para evitar depredación interna y optimizar la producción.
Usos de los insectos criados en casa
- Consumo humano: harinas de insecto para panes, galletas o batidos proteicos.
- Alimento para mascotas: reptiles, aves ornamentales y peces.
- Fertilizante natural: los excrementos (frass) son un biofertilizante rico en nitrógeno, fósforo y potasio.
- Investigación y educación: criaderos caseros permiten proyectos escolares de biología y sostenibilidad.
Retos y consideraciones
- Normativa alimentaria: en muchos países aún existen restricciones sobre el consumo humano de insectos.
- Aceptación cultural: la llamada “barrera del asco” sigue siendo un obstáculo en algunas sociedades.
- Seguridad sanitaria: se requiere higiene en la cría para evitar proliferación de patógenos.
El futuro de la microganadería urbana
La cría doméstica de insectos se perfila como una estrategia innovadora para diversificar la dieta, reducir el impacto ambiental y aprovechar residuos urbanos. Si se combina con educación, investigación y políticas públicas, podría convertirse en un componente clave de la alimentación sostenible en las ciudades del futuro.
*Tomado de: https://mundoagropecuario.com/microganaderia-urbana-criar-insectos/