Una mujer visita el pantano de Belesar, por donde pasa el Miño. EFE/ Eliseo Trigo
Fenómenos meteorológicos extremos, volatilidad y debilidad de los productores en la cadena de valor pesaron como una losa sobre un sector primario cada vez más dimensionado -entre 2013 y 2016 se han perdido 20.000 explotaciones, según datos del INE, lo que da muestras de la reestructuración sectorial- y fuerte vocación exportadora.
El año ha sido especialmente dramático en lo climatológico con fuertes heladas de primavera y sequía posterior, sin contar con los pedriscos o con los incendios que asolaron el rural gallego.
La situación de los embalses es delicada: el estado de las cuencas del Miño-Sil, Segura, Júcar, Guadalquivir, Tajo o Duero sigue siendo precario, lo que ha motivado manifestaciones de agricultores con el agua como tema de fondo, y no sólo en el sureste español. En este contexto, el Gobierno mantiene una intensa agenda para alcanzar un Pacto Nacional por el Agua consensuado y con garantía de continuidad a largo plazo, que de momento no se ha materializado.

Imagen de archivo de embalse en la provincia de Palencia. EFE/Cknn
Las organizaciones agrarias han denunciado pérdidas millonarias en cultivos como cereal, maíz, remolacha, olivar, vino y ganadería en un 2017 “terrorífico” por los rigores climáticos, aunque las lluvias y nieves otoñales han llegado a algunas zonas como “agua de mayo”.
Los datos del Gobierno rezuman optimismo -como también los primeros análisis que hacen desde Andalucía o Castilla-La Mancha, regiones muy agrarias- y apuntan que la renta agraria creció un 4,93 % hasta un récord de 28.462 millones (5.029 millones más que en 2010).
Las cotizaciones repuntaron en la mayor parte de los cultivos -vino, aceite o frutas-, y también en el porcino, el pollo o los huevos.
Subvenciones de la UE estables (6.464,5 millones de euros) y precios de insumos a la baja -como fertilizantes y piensos, aunque se encareció la energía- ayudaron a las rentas, según el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama).
Estadística que llega envuelta en polémica, porque algunas organizaciones creen que los datos son erróneos e incluso un 62 % por encima de lo que realmente declaran en su IRPF los agricultores españoles.
Acuerdos comerciales
En 2017 entró en vigor el acuerdo de libre comercio de la UE con Canadá (CETA); se cerró el tratado con Japón -que podría facilitar la exportación de alimentos y bebidas españolas-; aunque la llegada de Donald Trump a EEUU dejó el TTIP en “stand-by”.
En junio se conocía que la temida bacteria xylella fastidiosa colonizaba los almendros en Alicante -tras extenderse como una mancha de aceite por Baleares, desde octubre de 2016- causando “un terremoto” en el sector, que teme la extensión de la peor plaga conocida en la agricultura, de efectos demoledores.

Un almendro afectado por Xylella. Foto: Cedida por Unión de Uniones
El 1 de octubre desaparecía, por otro lado, el sistema de cuotas de azúcar, vigente desde 1968 en la UE, de forma que los Estados ya podrán producir todo lo que quieran, también España.
Brexit, proteccionismo y aceitunas
Ha sido un ejercicio marcado por el primer “acuerdo de divorcio” entre la UE y el Reino Unido, el auge de movimientos antieuropeos y las tensiones políticas en Cataluña -que avivaron el boicot a alimentos de esta tierra-.
Un año en el que el proteccionismo escribe nueva etapa y EEUU anunciaba en noviembre la imposición de un arancel preliminar a la aceituna de mesa negra española al considerar que se importa por debajo de su precio de mercado por las subvenciones.
Ese mismo mes, el comisario europeo Phil Hogan presentaba sus directrices para la reforma de la PAC post 2020, que quiere ser “más simple y flexible”, si bien las organizaciones agrarias temen la “renacionalización” y fuentes de la Eurocámara un recorte de los fondos en un 15 % ó 30 % por el “agujero” del “brexit” y por los nuevos retos que debe librar la UE, como la inmigración.

El comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, y la eurodiputada Clara Aguilera (dcha) en una imagen de archivo Foto: Foto EFE/Emilio Naranjo.
Reglamento Omnibus
De momento, la UE acaba de aprobar el “Reglamento Ómnibus”, que plantea mejoras técnicas y reconoce, por fin, la particularidad de las dehesas para acceder a las subvenciones, sin discriminación.
El glifosato centró este 2017 un agrio debate entre partidarios (agricultores) y detractores (ecologistas) pero, finalmente, la Comisión Europea decidía hace unos días la renovación para los próximos cinco años aunque con un matiz: dejará la responsabilidad de su autorización final a los Estados miembro.
Por su parte, este diciembre concluyó sin resultados la conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que queda en entredicho; el multilateralismo “hace aguas”.
El 2018 abrirá incertidumbres por la sequía y también en lo legislativo, para el campo, pendiente de las propuestas para la PAC, que hasta ahora deja “una lluvia” de 7.000 millones al año.
Pesca
En el sector de la pesca, el año acaba con un acuerdo de la UE sobre cuotas para 2018 que modera los recortes que había propuesto la Comisión Europea (CE), en especies como la merluza.

Buques de pesca en Avilés (Asturias). EFE/ J.L.Cereijido
Entre las especies más críticas, los científicos recomendaron una veda de la sardina del Atlántico y ahora, España y Portugal esperan que Bruselas dé el visto bueno a su plan para seguir pescándola; por el contrario, la cuota de atún rojo subió en noviembre en la reunión de Iccat en Marruecos, ante su buena situación.
*Tomado de: http://www.efeagro.com/noticia/sequia-8/