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La carne de cerdo es deliciosa, pero los bolivianos la consumen una o dos veces al año, generalmente en eventos sociales o días festivos, como los de fin de año, que ya se acercan. Por lo tanto, a comparación de la de pollo o res, tiene muy bajo consumo entre la población.
Esto se debe a que existen varios dichos populares que confunden o hacen dudar si es bueno consumirla o no y en qué cantidades. De esta manera, la nutricionista uruguaya, Natalia Ramos nos informa sobre los mitos y verdades acerca de este tipo de carne.
1. Contiene mucha grasa
Por muchos años la carne de cerdo fue calificada como un alimento nocivo para la salud por considerarse excesivamente graso y no apto para un plan de alimentación saludable.
La verdad es que en el animal, el 70 por ciento de la grasa está localizada debajo de su piel (tocino) y el 30 por ciento se aloja en el resto del cuerpo, entonces se puede disfrutar de los cortes con menos grasa.
2. No aporta beneficios nutricionales
La carne de cerdo es un alimento rico y nutritivo, además de exquisito es una fuente de proteínas de alto valor biológico, esencial para el desarrollo muscular. A comparación de otras carnes, es la que contiene excelentes fuentes de vitaminas del complejo B (tiamina, riboflavina, vitamina B6), minerales (calcio, fósforo, hierro y zinc), que son fundamentales para el
funcionamiento del corazón y el sistema nervioso. Además, su dosis de fósforo, fortalece los huesos y genera energías en las células.
Otro punto a favor es que contiene mayor cantidad de ácidos grasos, necesarios para conservar la salud cardiovascular.
Incluso, este tipo de carne es el más indicado para personas que tienen alta presión sanguínea, por su alto contenido de potasio y bajo contenido de sodio.
3. Transmite males como la cisticercosis
Durante muchos años se creyó que la carne de cerdo era la culpable de transmitir cisticercosis, sin embargo, varios estudios demostraron que este padecimiento no se presenta por comer carne de cerdo.
Además, en la actualidad las unidades de producción porcina son sujetas a programas de control de calidad, que garantizan que el consumo de esta carne sea totalmente seguro.
4. Aumenta unos “kilitos”
Si uno selecciona cortes como el lomo, la chuleta y el churrasquito, que son bajos en grasa, se puede consumir hasta dos veces por semana, por eso, se puede introducir a la alimentación diaria, ya que es recomendable para cualquier tipo de dieta equilibrada, gracias a sus beneficios.
Por otra parte, el cerdo tiene ‘tiamina’ que es una vitamina del complejo B, su función principal es para el sistema nervioso, pero además favorece en la digestión.
Generalmente, una persona consume este tipo de carne acompañando con papas frita, sodas, bebidas con alcohol y postre, entonces obviamente “va a caer pesado”, pero no es por la carne de cerdo como tal. Se puede incluir a la dieta, acompañando con una variedad de verduras.
5. Tarda en cocer
Uno cree que se necesitan varias horas para la adecuada cocción de la carne, en realidad se puede preparar milanesas, estofados, bifes a la parrilla entre 10 y 15 minutos.
Tradicionalmente, la carne de cerdo fue considerada como carne roja, pero la Unión Europea la denominó recientemente como blanca, ya que se trata de una carne magra y con contenido en grasas muy inferior al de otras como la de ternero o cordero.
Es importante que se cambie la perspectiva con respecto a la carne de cerdo. Lo ideal sería incluirla alternando entre la de res, pollo y pescado, así el menú en el hogar será más amplio y variado. De esta manera, se puede contar con todas las vitaminas y minerales para asegurar una buena salud.
«La carne de cerdo se puede incluir a la alimentación diaria, dado que es recomendable para cualquier tipo de dieta equilibrada». Natalia Ramos. Nutricionista